Debido a la pandemia mundial que estamos sufriendo durante el último año hemos tenido que cambiar drásticamente nuestra forma de vida. Durante unos meses estuvimos confinados y desde entonces nada ha vuelto a ser lo mismo. Una de las diferencias más notables son los ordenadores. Como alumna este curso he tenido que dar la mitad de mis clases online, y si el virus desapareciese de repente y me diesen a elegir entre continuar con las clases online o hacerlas todas presenciales de nuevo, escogería las presenciales sin pensarlo dos veces.
Mi experiencia con las clases por videollamada no ha sido buena, muchos factores interfieren con el desarrollo de las clases. Hay algunos que no podemos controlar como la conexión que tengamos cada uno en nuestra casa o la propia conexión desde la cámara de clase. A mi esto me ha causado muchos problemas porque no se puede seguir la clase, o se corta el sonido y no escuchas al profesor, o la cámara se ve mal y no puedes tomar apuntes. Esto hace que perdamos tiempo de explicaciones y nos retrasemos en el plan de estudios haciendo que no podamos dar todo el temario necesario.
Además al estar en mi casa no me siento en un entorno en el que tenga que concentrarme en una clase. Seamos sinceros, yo estoy en mi cuarto y tengo el móvil y la cama al lado, por lo que muchas veces me distraigo si me toca una clase aburrida o simplemente si no me apetece dar clase, lo que ocurre bastante a menudo.
Sobre todo en época de exámenes es cuando menos me gustan las clases online, porque estoy casi toda la mañana en el cuarto frente al ordenador para luego ir a comer y volver a encerrarme en el mismo cuarto a estudiar. Al menos yendo a clase puedo despejarme un rato.
En conclusión, creo que es evidente que elegiría las clases presenciales porque aun que la tecnología nos ayude a avanzar, a veces es mejor desconectar y no depender tanto de ella. Porque como ya hemos visto nos causa mas problemas de los que soluciona, por lo menos en el entorno escolar.
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