En primer lugar he de decir que, dejando a un lado las teorías conspiratorias, yo no estoy de acuerdo en que la vacunación contra el coronavirus sea obligatoria. Hay muchos factores que intervienen y por mucho que nos encontremos en una situación crítica la seguridad es lo primero.
En diciembre del pasado año se empezó a vacunar de forma masiva en España contra el COVID - 19. Hasta la fecha se han desarrollado siete vacunas diferentes, en España se usan actualmente dos creadas por compañías estadounidenses, entre las cuales esta la de Pfizer de BioNTech, y otra que viene desde Inglaterra de la compañía AstraZeneca en colaboración con Oxford, se decidió usar estas ya que son las que mayor eficacia presentaron durante los ensayos. La primera se supone que es segura en un 95% mientras que la inglesa lo es en un 80% aproximadamente.
Uno de los puntos más destacables es que al estar en una pandemia se ha acelerado el proceso del desarrollo de una vacuna mediante la coalición para la preparación ante pandemias. Por lo que basándose en las vacunas contra el SARS (2003) y NERS (2012) se han desarrollado todas las que se usan contra el Covid-19 ya que los tres son virus catalogados en el mismo grupo, y se parecen en un 80%. Pero aun así todo esto no compensa el hecho de que se han desarrollado estas vacunas en tan solo un año, cuando generalmente este proceso dura de 5 a 15 años, siendo muy generosos. Es un procedimiento que conlleva muchas pruebas y muchos test para asegurar que el producto sea eficiente y seguro. Por esto creo que aun que hayan sido desarrolladas por los mejores científicos no es realista que una vacuna eficaz para un virus tan nuevo, y por lo tanto desconocido, se haya conseguido en tan poquísimo tiempo.
Además la vacuna en si es nueva. Hasta ahora solo se habían usado vacunas que inyectaban en el organismo el virus muy muy debilitado para que nuestro cuerpo desarrollase anticuerpos contra este y así reconocerlo en el caso de que nos infectásemos de verdad. Pero estas nuevas vacunas se basan en la modificación del ARN, son totalmente distintas a las vacunas convencionales, en este caso se inyectara ARN del virus que se introducirá en el nuestro. Es un método que nunca antes se había usado y la verdad, en mi opinión, una pandemia mundial no es el mejor momento para ponerse a experimentar con procesos nuevos.
También a parte de los efectos secundarios que ya causaban estas vacunas contra el Coronavirus, aunque normalmente todos los medicamentos tienen efectos secundarios, últimamente la segunda dosis que se da (porque hacen falta dos dosis para que sea totalmente efectiva, sino no sirve de nada) ha causado efectos secundarios no demasiado leves en el organismo.
En conclusión opino que no debería hacerse obligatoria porque no creo que sea segura al 100% y no me voy a fiar de los que están en el poder solo por el hecho de de ser quienes son. Al final va a ser peor el remedio que la enfermedad.
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